11/2/12

¡Gracias, Foros del Misterio!

Logo de Foros del Misterio. ¡Gracias!

Hoy, nos hemos hecho eco de una triste noticia. Foros del Misterio, la que ha sido casa de La Quinta Esfera durante casi ocho meses, nuestra casa, cierra sus puertas, en principio, para siempre.

Y decimos en principio, porque la labor que ha hecho Foros del Misterio a lo largo de su historia es inabarcable, y no es sencillo ni agradable para nosotros despedirlos con un simple adiós sin tener una pequeña chispa de esperanza en su regreso.

Foros del Misterio ha sido algo más que una comunidad de seguidores y amantes de lo desconocido. Ha sido, es y será (pues aunque se vayan no olvidamos) la llave hacia un saber arcaico y primigenio. Un saber, que todos los seres humanos sin excepción tratamos de buscar en nuestro interior en algún momento de nuestra vida y que hace que constantemente nos estemos haciendo preguntas. ¿Por qué suceden las cosas? ¿Por qué el Sol sale cada mañana? ¿Por qué estamos aquí?

A estas y a otras muchas preguntas (infinidad de ellas) trataba de responder Foros del Misterio desde sus inicios. A veces desde una perspectiva trascendental; otras, desde posturas más escépticas, pero siempre a través de un nexo común: su cariño y alojamiento desinteresados. Siempre a través de la pasión, ese sentimiento gratuito, que animaba día tras día a todos sus administradores y miembros, y que les daba fuerzas para seguir adelante en los éxitos, que han sido muchos, y en las decepciones, que siempre hacen demasiado ruido. Ese sentimiento, en definitiva, que solo puede ser entendido cuando tratas de dar respuesta a lo que te señalan los sueños.

Y ahora os vais, y nos dejáis huérfanos. Sabemos que ha tenido que ser realmente difícil tomar esta decisión después de tantos proyectos e ilusiones, y os confesamos que nos hubiese encantado conoceros un poco más. También nos gustaría que esta despedida no fuese un adiós, sino un hasta pronto; pero hagáis lo que hagáis, sabed siempre que desde La Quinta Esfera estaremos con vosotros hasta el final. Os deseamos lo mejor. Gracias por haber sido Luz en mitad del camino. Gracias por estos años de Misterio.

2/2/12

El niño que miraba a las estrellas

Un niño que mira a las estrellas, al cielo, al firmamento, intentando descifrar lo desconocido.
Había una vez, no muy lejos de ninguna parte, un niño que miraba noche tras noche a las estrellas. Era un acto casi instintivo. Arcaico. Después de la cena, justo cuando las manecillas del reloj rozaban la medianoche, salía al pequeño balcón de su casa y se pasaba largo rato mirando hacia arriba, contemplando el firmamento; tal vez intentando descifrar lo que un día se perdió en la noche de los tiempos y que él, por supuesto, desconocía.
Las tardes con sus amigos en el parque también eran muy especiales. La escena hoy resultaría extraña, en un mundo dominado por la tecnología donde hasta en los lugares más apartados, los niños se encierran en sus casas sin compartir las emociones de antaño.
Y allí estaban Luis Miguel, Juan, David, María… todos juntos sentados en círculo mirando hacia el infinito; y él, tal Quijote enamorado a lomos del mágico Clavileño, señalaba con el dedo índice aquí y allá sobre sus cabezas mientras decía: allí están, estoy seguro. ¿Cómo no van a existir? Si el cielo es tan grande…
Había escuchado historias. De vez en cuando algunas personas salían en la televisión hablando de experiencias extrañas en alguna carretera, en mitad de un campo… Al niño que miraba a las estrellas le producían atención, pues el tema le gustaba, aunque la mayoría de las veces no las creía. Le sorprendía ver como aquellas personas se mofaban en el fondo de algo que él consideraba distinto y maravilloso.
Sin comprenderlo, sin haberlo estudiado en ningún libro siquiera, él creía que allá arriba estaba el origen de todo, que no podía ser casualidad que en aquel momento, en ese balcón dibujado con ingenio en mitad de la nada, millones de cuerpos celestes le estuviesen contemplando en la distancia mientras él, con su pequeño corazón, latido tras latido, les devolvía absorto la mirada a través del tiempo y de la historia.
El niño que miraba a las estrellas fue creciendo y, a pesar de que su altura y su voz fueron cambiando, su pensamiento no experimentó cambio alguno. Seguía creyendo en la magia de un instante, en situaciones inexplicables que no pueden ser entendidas desde un punto de vista racional… solo que ahora apenas tenía tiempo de salir al balcón y visitar a sus amigas las estrellas. La vida cambiaba y él, de alguna manera, también lo había hecho.
Una noche, después de tantos años, volvió a salir. Ya casi no recordaba que algún día lo hubiese hecho. El frío del invierno lo dominaba todo y difícilmente se podía estar ahí afuera unos cuantos segundos sin sentir un profundo escalofrío. El niño convertido en adulto avanzó unos pasos, se apoyó en la barandilla del balcón y cerró los ojos… Allí estaban, estaba seguro. ¿Cómo no iban a existir? Si el cielo era tan grande…
Lo que sintió en aquél instante jamás podrá borrarse de lo más profundo de su memoria.