“El que lucha con monstruos debe cuidar que en el proceso no se convierte en uno de ellos, cuando miras dentro del abismo, el abismo mira también dentro de ti”. F. Nietzsche
El maestro Francisco de Goya ya imaginó en lo más profundo de su atormentada mente la escena fatal y dantesca del hombre caníbal. Él se apoyó en la mitología y trasladó ese episodio concreto a su tortuosa pesadilla, a las Pinturas Negras que ya anciano dio vida en La Quinta del Sordo. Pero... ¿El canibalismo es solo un argumento artístico? ¿Es cierto que en España se han dado casos?
Recientemente, se ha descubierto el que se conoce como el caso de canibalismo más antiguo de la historia, en Atapuerca. En la Gran Dolina, nuestros antepasados hacían su vida. Cuando se marchaban, dejaban los restos de su festín. Estos se diferenciaban de los que podía dejar cualquier animal, por las marcas: aparecían troceados, golpeados y raspados con utensilios de piedra.
En las excavaciones, junto con restos de ciervos, jabalíes y otros animales, los investigadores encontraron los restos de seis homínidos, que tenían las marcas antes mencionadas. Los huesos pertenecían a dos niños, dos adolescentes y dos adultos muy jóvenes. El estudio es muy claro: en ese lugar se practicó el canibalismo, pero no de una manera ritual. Probablemente, un grupo atacara al otro y luego se los comiera.
800.000 años después, nos encontramos con tres casos que tampoco tienen nada de ritual, pero que no son muy diferentes unos de otros. Tres modus operandi, tres víctimas muy distintas y tres culpables. Pero tienen muchos puntos en común.
Nota: Los detalles más escabrosos han sido omitidos.
Issei Sagawa
Este joven, de origen japonés, se encontraba estudiando Literatura de Vanguardia en la Universidad de Sorbona, cuando fue detenido por el homicidio de la estudiante holandesa Renée Hartevelt.
Issei Sagawa era un hombre poco atractivo y bastante acomplejado. Se le describe como un hombre con obsesión por las mujeres occidentales.
El 11 de junio de 1981, Sagawa quedó con esta mujer en su casa para supuestamente cenar y conversar sobre literatura. Se habían citado varias veces y ella le había rechazado. Una vez allí, le disparó por la espalda con un rifle y la mató. Después se comió algunas partes del cadáver y otras las conservó.
Este no fue el único intento. Años antes, en Tokio, lo intentó con una mujer alemana que le daba clases. Un verano entró por la ventana a su casa e intentó matarla, pero ella se despertó y tuvo que huir.
Cuando fueron a buscarle, dejó entrar a la policía en su casa y confesó tener un pasado de enfermad mental. Allí encontraron partes de la chica en la nevera. Sagawa confesó el asesinato y el juez se declaró incompetente. Lo mandó ingresar en el hospital psiquiátrico Paul Guiraud por un tiempo indefinido. Su padre, Akira Sagawa, presidente de Industrias Kurita Water presionó para que su hijo volviese a Japón. En 1985 fue liberado.
Sagawa se ha convertido en una celebridad en Japón, iba a participar en películas porno y ha escrito cuatro libros. Se muestra feliz de aparecer en todos los tabloides y ha declarado cosas como esta: “la opinión pública me ha convertido en el padrino del canibalismo y estoy feliz por ello”.
Stefan Atler
Este caso es bastante reciente, y ocurrió en nuestro país, en el pueblo de Férez (Albacete).
Stefan Atler, un joven alemán que Francisco Pérez Abellán (Caso Abierto, Libertad Digital) nos describe diciendo que solía ir acompañado por su perro, con una vara larga y dos navajas. Asegura, que se alimentaba de lo que encontraba. Se dedica a deambular y dar caza a sus víctimas. Pero centrémonos en el suceso.
El 15 de febrero de 2006, Stefan Atler atacó y descuartizó a José, un vecino de Socovos de 65 años. Tras este crimen atacó a Avelino, otro agricultor, que logró escapar y avisar a la policía. Tras luchar contra él, un agente logró capturarlo, y vio las pruebas que llevaba encima.
Armin Meiwes
El siguiente caso es el más sorprendente de todos y trajo de cabeza al juez alemán que tuvo que llevar el caso. Ocurrió en marzo de 2001.
Armin Meiwes mató y devoró a un ingeniero berlinés de 43 años con el que contactó en Internet con esta intención. Meiwes actuó con consentimiento de la víctima. Antes del suceso, grabaron un vídeo en el que se ve como la víctima consentía y, de hecho, compartían parte del cuerpo de la víctima. Por eso en un primer momento, no se le pudo juzgar por asesinato.
En 2004, lograron condenarle a ocho años de cárcel por homicidio. Se intentó que fuera condenado a cadena perpetua por asesinato con motivación sexual, pero los que vieron el vídeo confirmaron que no se excitó sexualmente en ningún momento.
En 2006, el Tribunal ordenó repetir el juicio porque consideró que había pruebas que no habrían sido vistas. En ese nuevo juicio, se le condenó a cadena perpetua por asesinar, descuartizar y comerse parcialmente al hombre.
Ese mismo año, se quiso estrenar "Buterfly", una película basada en su historia, pero el Tribunal prohibió su estreno por “vulnerar los derechos personales” del alemán. En mayo de 2009, las cortes retiraron la prohibición. Algo parecido pasó con la banda de rock alemana Rammstein que compuso una canción basada en su historia.
La gente pensará que un acto tan terrible como el de canibalismo, deba ser juzgado como tal. Pero en el código penal alemán, así como en el español, no se contempla como delito. No es extraño si se piensa que la legislación se hace, no sobre casos concretos y específicos, sino sobre cuestiones generales, como dice José Luis Prieto, abogado. Por eso no se contemplan ciertos aspectos. "En cualquier caso, matar es un delito", concluye José Luis.
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