Fue el martes, 11 de octubre, cuando en Twitter se producía una información extraña. Increíble. La noticia no habría causado el menor alboroto de no ser por un pequeño detalle: el emisario de la información; un controlador de vuelo del aeropuerto de Madrid-Barajas.
César Cabo, quien fuera portavoz de la famosa crisis de los controladores aéreos en noviembre y diciembre de 2010, decía lo siguiente:
Según sus declaraciones al programa de la cadena SER, tres capitanes de distintas aeronaves detectaron en sus respectivos radares la presencia de un objeto en las inmediaciones de Toledo que no se correspondía con ningún tráfico identificado.
Todo comenzaba a primera hora de la tarde del martes 11 de octubre, vísperas del Día de la Hispanidad, cuando un primer avión se dirigía a la torre de control del aeropuerto madrileño: "Estoy detectando en mi radar un blanco". En jerga, ese "blanco" significa un elemento desconocido. Al poco tiempo un segundo y un tercer avión informaban de lo mismo. Algo, que no podían ver a simple vista, estaba sobrevolando el cielo español.
Controladores del aeropuerto Madrid-Barajas.
Lo extraordinario del caso, aparte del hecho en sí, es que un controlador se haya atrevido a desvelar al mundo uno de estos acontecimientos que casi siempre suelen quedar ocultos bajo una atmósfera aplastante de silencio. Sin duda, un gesto valiente.
Si apenas nos habíamos recuperado del shock de la noticia del contacto extraterrestre en la civilización maya y las supuestas pruebas de los gobiernos de México y Guatemala que lo corroboran, ahora aparece de repente esta extraordinaria noticia. Y es que, amigos, ahí afuera parece que algo está cambiando. Al menos eso es lo que queremos creer.
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